El viernes, el mercado reaccionó positivamente a las declaraciones del presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, en el Simposio Económico de Jackson Hole. Powell prácticamente confirmó que en septiembre se producirá un recorte de tipos, reconociendo que «ha llegado el momento de ajustar la política». El presidente también señaló que «los riesgos a la baja para el empleo han aumentado», pero los inversores ya habían digerido los recientes datos de empleo y no les molestó el comentario de Powell. En concreto, el mercado había pasado por alto la publicación de las revisiones de las nóminas no agrícolas para el periodo comprendido entre abril de 2023 y marzo de 2024, que mostraron que había 818.000 puestos menos en las nóminas no agrícolas de lo que se pensaba, lo que generó cierta preocupación de que el mercado laboral se haya estado suavizando durante un periodo más largo de lo que se pensaba.
Al final, el S&P 500 terminó la semana un 1,5% al alza, el Nasdaq ganó un 1,4% y el Russell 2000 saltó un 3,6%. La semana dejó al S&P 500 sólo un 0,6% por debajo de su máximo histórico. El volumen fue inferior a la media durante la mayor parte de la semana, lo que refleja una falta de participación debida a las vacaciones y cierta indecisión ante acontecimientos potencialmente influyentes.
Muchos valores participaron en lo que fue un amplio avance del mercado. El S&P 500 ponderado por igual subió un 2,1% y diez de los 11 sectores del S&P 500 registraron ganancias. El único sector que bajó fue el energético (-0,5%), mientras que el inmobiliario (+3,6%), sensible a los tipos, registró la mayor subida. Otros sectores con buenos resultados fueron los de materiales (+2,4%), consumo discrecional (+2,1%) e industrial (+1,8%). La rentabilidad de los bonos a 10 años cayó ocho puntos básicos esta semana, hasta el 3,81%, y la de los bonos a 2 años se situó 16 puntos básicos por debajo, en el 3,91%.