El mercado terminó la semana con descensos relativamente modestos. El S&P 500 cedió sólo un 0,1%, pero el Nasdaq Composite registró una pérdida del 0,7%. Por su parte, el Russell 2000 obtuvo peores resultados, con una caída del 2,1%. La principal causa de la debilidad del mercado fueron las dos lecturas de la inflación, que sugieren que las presiones sobre los precios siguen siendo persistentes. Tanto el índice de precios de consumo (IPC) como el índice de precios de producción (IPP) de febrero fueron superiores a lo previsto. La acción relativamente deprimida del mercado se debió también a la idea de que la decisión de política monetaria de la Reserva Federal del miércoles podría aportar más claridad sobre el modo en que estos informes influyen en el pensamiento de la Reserva Federal.
El sesgo ligeramente negativo del mercado bursátil también estuvo relacionado con la creciente sensación entre algunos participantes de que las acciones están a punto de retroceder. El Invesco S&P 500 Equal Weight ETF (RSP) bajó un 0,7% esta semana. Seis de los 11 sectores del S&P 500 registraron descensos. El sector inmobiliario, sensible a los tipos de interés, fue el que obtuvo peores resultados, con una caída del 3,1%. Le siguió el sector de consumo discrecional, con un descenso del 1,2%. Por su parte, el sector energético fue el que más subió, un 3,7%, y el de materiales, un 1,5%. El mercado del Tesoro tuvo una respuesta más pronunciada a los datos. La rentabilidad de los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años subió 21 puntos básicos esta semana, hasta el 4,30%, y la de los bonos a 2 años, 23 puntos básicos, hasta el 4,72%.
El viernes fue el peor día de la semana para el mercado. El mercado cerró la semana con un día de vencimiento trimestral de opciones que generó un volumen superior a la media en la Bolsa de Nueva York. El Promedio Industrial Dow Jones cerró a la baja un 0,5%, el S&P 500 (-0,6%) y el Nasdaq (-1,0%). A la presión bajista sobre el Nasdaq contribuyó el decepcionante informe de resultados de Adobe (ADBE).