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Ambientes de trabajo saludable: un paso más para el bienestar en la empresa

Did you know that a workplace has a state of health? The World Health Organization (WHO) defines a healthy workplace as one in which “workers and managers collaborate to create and use a continual improvement process to protect the health, safety and well-being of all workers (…)”. This definition is founded on four pillars: the physical work environment, in relation to safety at work; participation in the community through actions that have a positive impact on society; the psychosocial work environment, with work-life balance and well-being policies; and personal health resources in the workplace, creating healthy habits and promoting health. We will focus on the latter two because of their direct influence on people.

¿Sabías que el ambiente de trabajo tiene un estado de salud? La Organización Mundial de la Salud (OMS) define un ambiente de trabajo saludable como aquel en el que “los trabajadores y empresarios colaboran en la creación y uso de un proceso de mejora continua para proteger la salud, la seguridad y el bienestar de todos los trabajadores (…)”, y esta definición se sustenta sobre cuatro pilares: el entorno físico, que hace referencia a la seguridad en el trabajo; la participación en la sociedad a través de acciones que tengan un impacto positivo en la misma; el entorno psicosocial, con políticas de conciliación y bienestar laboral; y los recursos de salud personal en el trabajo, que incluyen la creación de hábitos saludables y promoción de la salud. Nos centraremos en los dos últimos por su influencia directa en las personas.

Este buen estado de salud del ambiente repercute favorablemente en la organización. Si una persona se encuentra bien consigo misma a nivel físico y mental, también tendrá un rendimiento laboral más lineal y óptimo. A su vez, mejora también el ambiente de trabajo, puesto que estas acciones influyen en el bienestar emocional de las personas, propiciando unos entornos de trabajo con equipos más comunicativos, colaboradores y cohesionados. Por otro lado, aumenta la motivación y el compromiso de las personas con la entidad, ya que ayudan a fomentar el sentimiento de pertenencia, reforzando la fidelización y atracción del talento. Y por último, mejora la imagen de la empresa, que se muestra como una entidad comprometida con el medio ambiente y sus colaboradores, y en definitiva, con la sociedad.

Actualmente, existen empresas con políticas de bienestar laboral muy desarrolladas y consolidadas. En este sentido, las acciones que se quieran llevar a cabo deben ser proporcionales al tamaño de la empresa y al sector al cual dediquen su actividad. A modo de ejemplo, para ayudar a desarrollar y mejorar un entorno laboral, puede ponerse el énfasis en la realización de pequeñas acciones que permitan incrementar el bienestar laboral de las personas en el seno de la empresa. Así, podría implementarse un programa dividido en cuatro bloques: la nutrición, reforzando y fomentando hábitos alimentarios saludables mediante charlas o talleres, o bien acordando menús saludables diarios con una empresa de cáterin; la higiene postural, realizando pausas cortas diarias de estiramientos corporales que, a su vez, favorezcan la relajación mental; la actividad física, promoviendo los beneficios de llevar un estilo de vida activo mediante salidas colectivas a la montaña con recorridos asequibles para todo el mundo, o bien organizando acontecimientos deportivos en los que los empleados puedan participar activamente; y el bienestar emocional, consolidando acciones y políticas que permitan a las personas conciliar la vida personal y laboral, con acciones como la flexibilidad horaria, el teletrabajo o la jornada reducida.

Pero más allá de esta definición, una empresa saludable debe ser aquella que procura y vigila que las personas que la integran se sientan cuidadas y se identifiquen con los valores y la cultura que la definen, poniendo el acento en sus necesidades laborales y personales. Por todo ello, lo primero que debe hacer la empresa para ser saludable es conocer a los distintos colectivos de personas que la integran y sus necesidades, y propiciar que las mismas participen en la definición de propuestas que puedan ayudar a mejorar su día a día laboral. En definitiva, escuchar y poner a las personas en el centro de su actividad.

Artículo publicado en el Diari d’Andorra 15.02.24

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Autor post
Robert Buil
RR. HH. Gestor de Áreas.