Ni demasiado calor, ni demasiado frío - Creand
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Ni demasiado calor, ni demasiado frío

En Estados Unidos se ha generalizado la narrativa “ricitos de oro”. El crecimiento se ralentiza, pero la economía no entra en recesión; el mercado laboral se enfría, pero sigue siendo fuerte, y la inflación sigue bajando. En este contexto de aterrizaje suave, el banco central podrá recortar los tipos oficiales en algún momento de este año.

Son varios los motivos que explican la resiliencia de la economía estadounidense. Los consumidores y las empresas han estado aislados hasta cierto punto del impacto de la subida de los tipos de interés. Cuando los intereses estaban bajos, los que compraron una vivienda accedieron a hipotecas a tipo fijo a 30 años y las empresas renovaron sus préstamos. Además, los estímulos fiscales han dado un gran impulso a los ahorros de los consumidores, y tres grandes paquetes de gasto en infraestructuras, tecnologías limpias y semiconductores también han favorecido la demanda. Por último, como exportador de energía, EE. UU.. se ha beneficiado de la subida de los precios del petróleo. El hecho de que la inflación haya seguido disminuyendo se debe también al crecimiento de la capacidad de oferta. Las disrupciones en la cadena de suministro que se produjeron durante la pandemia se han solucionado y la población activa ha crecido gracias a una mayor tasa de actividad y, sobre todo, a un aumento de la inmigración.

Los bancos centrales han animado a los mercados a adoptar este optimismo de  aterrizaje suave. A pesar de la sorprendente subida de la inflación durante el primer trimestre, la Reserva Federal se mostró notablemente moderada en su última reunión y mantuvo su plan de recortar los tipos de interés en tres ocasiones. Ahora bien, ¿podrá mantenerse este escenario de “ricitos de oro”? La opinión general es que sí. La mediana de las previsiones de crecimiento para EE. UU. es del 2,2 % para 2024, pero la inflación retrocede al 2,1 %, según el indicador preferido de la Reserva Federal, el índice PCE (índice de gastos de consumo personal). Nos cuesta creer que la Reserva Federal vaya a ser capaz de mantener su objetivo de bajar los tipos tres veces este año. Con un mercado laboral tenso y una inflación de los precios de los servicios que parece rígida, creemos que este resultado sigue siendo improbable. La única forma de que esto ocurra sería que la economía entrara en recesión y la inflación cayera como consecuencia de ello.

Los factores que favorecieron el crecimiento en el pasado se están desvaneciendo. El ahorro de los consumidores casi ha vuelto a los niveles anteriores a la pandemia y ya no servirá de apoyo al gasto. En algún momento, los tipos más altos empezarán a hacer mella a medida que la deuda se refinancie y las empresas renueven una gran parte de su deuda durante el segundo semestre a tipos mucho más altos. La política fiscal se ha vuelto menos favorable. Y aunque los efectos de la caída del sector inmobiliario comercial en EE. UU. se han contenido, esto demuestra que aún no hemos visto el efecto retardado de unos tipos de interés más altos.

El resto de los países no están en tan buena forma. El año pasado, el crecimiento en la zona euro fue muy débil, en parte como reflejo del impacto de una política monetaria más restrictiva. El PIB probablemente crecerá un 0,1 % en el primer trimestre de 2024, tras estancarse en el último trimestre de 2023. Aunque las lecturas del PMI para el bloque han mostrado una mejora, el índice sigue en fase de contracción. Además, el aumento de los riesgos geopolíticos y la debilidad de la demanda mundial podrían seguir lastrando el crecimiento, especialmente en Alemania. La revisión al alza del crecimiento del PIB japonés del cuarto trimestre indica que, después de todo, la economía no estaba en recesión técnica, pero la recuperación se ha ido debilitando y la demanda interna ha caído por tercer trimestre consecutivo. Finalmente, China está reduciendo su ritmo de crecimiento antes de lo previsto. El repunte posterior a la pandemia ha sido mediocre, el mercado inmobiliario está de capa caída y el plan de incentivos de Pekín no ha dado la talla.

El tiempo dirá si los bancos centrales consiguen llegar a un escenario de “ricitos de oro”, pero lo cierto es que lo más difícil está por llegar, que depende de si consiguen recortar los tipos de interés, cuándo y cuánto.

Cierre de redacción:  10 de abril de 2024

Escrito por
Autor post
Jadwiga Kitovitz, CFA
Directora de Carteras Multiactivos y Clientes Institucionales
Creand Asset Management Andorra