Albert Einstein dijo «No tengo ningún talento especial, solo soy apasionadamente curioso», una afirmación que resuena especialmente en mí. Durante mi infancia me encantaba hacer preguntas. Siempre quería saber qué pensaban mis amigas, las personas que me rodeaban. Era una niña curiosa. Recuerdo con mucho cariño largos paseos a la orilla del mar con mi padre y hacerle muchas preguntas para saber cómo funcionaba su empresa. Esta curiosidad era más que simple intriga: era una pasión por recoger información y datos para entender el mundo que me rodeaba. La capacidad de preguntarse por qué las cosas son como son y plantearse cómo podrían mejorarse es esencial, y eso no se da si no tenemos curiosidad. Con el apoyo de mis padres me expuse a una amplia gama de actividades, desde la música hasta la informática, que alimentaron mi curiosidad y mi pasión por la adquisición de nuevos conocimientos.
Mi fascinación por la programación comenzó cuando aprendí a desarrollar algoritmos con los lenguajes de programación Fortran y Pascal. El proceso de describir paso a paso a una máquina cómo resolver un problema despertó en mí la pasión por entender cómo funcionaba el mundo de la tecnología y la informática.
La curiosidad es una fuerza poderosa que impulsa la exploración, la innovación y la resolución de problemas. En el mundo del análisis de datos, las habilidades técnicas son importantes, pero la curiosidad es lo que da vida a estas habilidades. Ser curioso significa no conformarse con las respuestas evidentes, sino explorar más allá para encontrar insights ocultos. Sin embargo, para lograr resultados excepcionales, se necesita algo más que unas habilidades técnicas y curiosidad: la pasión y la ilusión por el trabajo. Cuando se hace con pasión, el trabajo se convierte en una misión y las dificultades se ven como retos emocionantes en lugar de obstáculos insuperables. Esta pasión es contagiosa y puede inspirar y motivar a todo el equipo.
Un ejemplo concreto de esto es un caso de éxito reciente que tuvo lugar en Creand, donde se utilizaron modelos de aprendizaje automático para mejorar la selección de clientes a los que ofrecer un producto específico de nuestro banco. Este proceso implicó reuniones prolongadas con los diversos departamentos involucrados. Es importante destacar que, hoy en día, cuando una empresa realiza un proyecto basado en datos, el departamento legal adquiere una relevancia crucial. Una vez alineados todos los participantes, el siguiente paso fue la preparación de los datos que alimentarían el modelo. Después de entrenar varios modelos y seleccionar uno en particular, este nos ayudó a identificar a qué clientes dirigir la campaña para optimizar los impactos que debíamos generar. La curiosidad y la pasión de los equipos involucrados fueron cruciales para lograr los resultados.
En conclusión, la curiosidad y la pasión son elementos clave para conseguir resultados excepcionales en el análisis de datos. En un mundo empresarial cada vez más competitivo e impulsado por los datos, la curiosidad sigue siendo el ingrediente secreto que distingue a los líderes de los seguidores. Por consiguiente, no solo es una habilidad personal, sino también una estrategia empresarial poderosa para la innovación y el crecimiento sostenible en la era digital.
Artículo publicado en el Diari d’Andorra 18.04.2024