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Milei: primer balance

Javier Milei y su gobierno han soportado el escrutinio público desde el primer día de su mandato, pero tras casi cuatro meses de ejecutivo, tenemos cierta perspectiva de lo que se ha logrado y aquello que aún no se ha conseguido. Su objetivo número uno está siendo estabilizar una economía al borde del abismo. Para ello, se han tomado medidas importantes en materias fiscal y monetaria y en desregulación, con éxito desigual.

A nivel fiscal, el nuevo ejecutivo ha conseguido superávit presupuestario en los meses de enero y febrero (hasta donde tenemos datos), algo que no sucedía desde el año 2011. El superávit no es solo primario, sino que también considera los pagos de intereses de deuda de las administraciones. Esto se ha conseguido tanto mediante recortes nominales del gasto como también mediante la licuación, es decir, revalorizando partidas como las pensiones o los sueldos de los funcionarios por debajo de la inflación. Los efectos no se han hecho esperar, y Argentina ha visto rebajar fuertemente su prima de riesgo, que se traduce en menores costes de intereses en su deuda.

En materia monetaria, también se han logrado importantes avances. En primer lugar, las reservas internacionales, a pesar de que siguen siendo netamente negativas (no son suficientes para hacer frente a los pasivos), se han recuperado notablemente, en unos 6.000 millones de USD. En segundo lugar, con la reducción de la brecha cambiaria (diferencia entre el tipo de cambio oficial del peso frente al de mercado) se ha solventado buena parte de la deuda permanente y creciente del Banco Central de la República Argentina con los importadores. No solo esto, sino que además se ha reducido notablemente la tasa de interés que el organismo paga por su deuda. Habiendo eliminado los Leliqs, por los que pagaba un interés del 133% anual, solo está renovando los Pases, que en adelante pagarán un 80% anual frente al 100% anterior. Una mayor solvencia percibida del Banco Central hace que los acreedores no salgan a vender la deuda en pesos, lo que haría presionar el tipo de cambio. Por el contrario, en estos meses estamos presenciando cierta estabilidad del peso argentino, que tras una fuerte depreciación los últimos años está consiguiendo estabilizarse en torno a los 1.000 pesos por dólar.

Pero no todo son buenas noticias. Los recortes reales de gasto están lastrando la capacidad adquisitiva de muchos argentinos dependientes de los ingresos provenientes del Estado, lo que a su vez está deteriorando la actividad económica (economía en recesión y pobreza aumentando). Para combatir esta caída en la actividad económica manteniendo un superávit fiscal, sería necesario impulsar los sectores privados de la economía, y es aquí donde el ejecutivo está encontrando más problemas. Al no contar con mayoría en el Congreso, este está tumbando la mayoría de las propuestas de liberalización y desregulación que pretende el gobierno. Este es sin duda el mayor reto de Milei de cara a los próximos meses, ya que de otra forma los menguantes ingresos estatales harían difícil mantener un superávit tan necesario para la estabilidad financiera del país.

Por ahora, el mercado está viendo las medidas del gobierno con muy buenos ojos, hecho que se refleja en el precio de los bonos gubernamentales. Por ejemplo, el bono internacional en USD con vencimiento en 2030, que cotizaba por debajo de 30 centavos por dólar antes de las elecciones, se negocia en 58 centavos en el momento de escribir estas líneas.

Cierre de redacción:  10 de abril de 2024

Escrito por
Autor post
Juan Gestoso Ruiz
Analista de inversiones
Creand Wealth Management Miami