Sin cambios en los tipos oficiales (nadie imaginaba otra cosa), la atención estaba centrada ayer en el mensaje que daría Powell, y hubo cierto alivio al comprobar que a pesar de que los datos de inflación no acompañan en absoluto, la Fed no contempla subir más los tipos de interés, al menos de momento. Además, anunció que levanta el pie del acelerador en la reducción del balance, lo que los inversores se tomaron de inicio también como buenas noticias. El S&P500 rebotó con fuerza de primeras, para luego deshacer todo lo ganado.
Causa cierta perplejidad que los inversores hayan pasado de descontar múltiples bajadas de tipos hace nada para ahora celebrar que la Fed no los suba más. Nos sigue pareciendo que la realidad es que en EEUU, inflación y crecimiento siguen siendo incompatibles con una mayor flexibilidad de la política monetaria. Creemos además que, de bajar tipos, muy probablemente suceda por una desaceleración macro, algo que no deberían celebrar los mercados.